lunes, febrero 28
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Los viernes que me voy a la ciudad donde vive S, salgo como una exhalación* hacia la (acertadamente) nunca bien ponderada estación de autobuses de Zaragoza. Llego 45 minutos antes de que salga mi autobús, así que les pido a los conductores que me dejen subir al del horario anterior y siempre lo hacen aunque, claro, me habilitan para el que para en todos los pueblos de camino. Tardo 90 minutos en llegar cuando el que va directo está en 45.
Qué-se-le-va-sé...
Lo bueno es que siempre adelanto bocha del libro de turno.
Por cierto éste es el último de Isabel Allende que tengo. Tengo que agudizar el ingenio para conseguir libros sin gastar**.
El fin de semana sirvió para, ver “Largo domingo de noviazgo”, “Friends” y “Último tango en Paris”, cenar con amigos, pasear, y sobretodo limar asperezas con S y ratificar mis ganas de concubinear.
Ah! y para reirme un montón que hacia rato largo que no me ejercitaba.
* siempre quise usar ésa frase en algún lado.
** Se aceptan sugerencias ... o libros.